Y una noche se tenía que acabar la malaria “santa”. Sí, muérdase la lengua o martíllese un dedo -le damos la libertad de elegir cuál- porque prefirió quedarse en casa en vez de alentar al equipo en La Ciudadela. Y todo porque se perdió el gran destape de los hombres que dirige Juan José López. La jornada en la que San Martín quebró una racha de más de cinco meses sin conocer el sabor de una victoria en su casa. El día que en 90 minutos marcó más goles que a lo largo de las nueve fechas que había jugado. ¿Mucho? No. Falta todavía.
Haber goleado a Unión Aconquija por 7 a 0 no sólo implica una importante inyección anímica, sino que además lo acomoda de otra manera en la tabla de posiciones. Sigue lejos del ascenso directo. Los nueve puntos de ventaja que tienen los catamarqueños parecen demasiado. Pero la goleada permite mirar el futuro de otra manera.
San Martín comenzó a sacarse de encima todas las dudas que arrastraba un par de fechas atrás. El equipo se metió en zona de clasificación para pelear el segundo ascenso. ¿Podrá aspirar a algo más?
El “santo” se despachó con una goleada histórica. Ni los más memoriosos pueden recordar cuando ganó por semejante diferencia. En una noche hizo dos tantos más que los cinco que había marcado en las nueve fechas que había jugado hasta que se cruzó con Unión Aconquija en La Ciudadela. Sus delanteros Fabricio Lenci y Maximiliano Velasco marcaron dos goles cada uno y Facundo Silva, otro.
El último festejo en La Ciudadela había sido el 4 de mayo, ante Libertad de Sunchales. Desde esa victoria pasaron más de cinco meses y varias frustraciones. Pero un día se tenía que acabar. No se lamente más. Si es hincha del “santo” disfrute este triunfo inolvidable.